Es Licenciado en Ciencias de Actividad Física y el Deporte, Graduado en Fisioterapia, Grado en Nutrición Humana y Dietética, Máster en Fisiología Integrativa. Entrenador de Alto Rendimiento, llevando en la actualidad a triatletas de la talla de Miquel Blanchart y Carlos López. Ha sido preparador físico en el CAR de Sant Cugat. Profesor colaborador en el Máster de triatlón del INEFC de Barcelona. Profesor colaborador de IEWG.
En el número anterior de la revista, dentro de esta sección «los expertos opinan», hablamos sobre el segmento de natación dentro de un Ironman. Continuamos con esta «trilogía» y nos centramos ahora en el segmento de ciclismo, para lo cual hemos reunido a cuatro prestigiosos expertos que nos responden a cada una de las diez preguntas que les hemos formulado.
Depende de muchos factores, nivel del triatleta en el segmento de ciclismo, su base aeróbica, tipo de recorrido al que se va a enfrentar (llano o subida). No creo que exista una receta general sino que se debería intentar analizar el perfil fisiológico del triatleta y adaptar los entrenamientos a su nivel, horarios, prueba que va a realizar. Siempre les comento a los deportistas está analogía: un piano tiene muchas teclas, pero el secreto consiste en saber tocar las teclas adecuadas en cada deportista, y éstas, son individuales de cada organismo.
Pues creo que la respuesta es un poco «depende»… del nivel del triatleta, de su disponibilidad horaria, hay que evaluar cuál es el rendimiento en las otras disciplinas, si le gusta y puede entrenar en rodillo. Como digo, creo que cada deportista es único y no existe una única manera de planificar o existe una planificación
ideal desde el punto de visita fisiológico, sino que hay que analizar cada caso y realizar la planificación que se adapte más al triatleta teniendo en cuenta su fisiología, su disponibilidad de tiempo, etc.A grandes rasgos el rango de horas puede ir desde 5-6 horas semanales hasta las 10-15 dependiendo de la persona, nivel, etc. En cuanto al volumen podría rondar el 40-50% del tiempo total semanal, pero como comento son aproximaciones y cada caso es un mundo.
No, cada ciclo lo planifico de manera diferente y un poco según lo explicado en los dos puntos anteriores, creo que es importante primero pensar y evaluar cuál es la disponibilidad y qué esquema cuadra más en la planificación de cada triatleta.
El entrenamiento de fuerza lo divido en dos partes diferenciadas, una primera encima de la bicicleta por diferentes tiempos y zonas de torque, y otra en el gimnasio, siendo ésta última un trabajo de estabilidad no solo de la zona abdominal, y otra de fuerza dinámica a poder ser controlada por velocidad (VBT).
En mi caso me gusta controlar la carga con TSS, sensaciones subjetivas comentando las sensaciones con el triatleta de las cuatro disciplinas (fuerza, natación, bici y carrera), y aparte desde hace unos meses estoy valorando en bastantes deportistas la variabilidad de la frecuencia cardíaca junto a otras sensaciones subjetivas que me da una información muy valiosa para saber la evolución y adaptación de las cargas de entrenamiento y competición.
Pues la verdad que en cada triatlón de larga distancia me gusta realizar un planteamiento no solo fisiológico de las posibilidades que tiene el deportista, sino analizar y plantear cómo tiene que competir en función de posibles rivales, de la orografía del terreno, clima (temperatura, humedad, etc.). Como siempre digo la finalidad es que el triatleta no haga una gran exhibición en un segmento, sino que llegué a meta lo antes posible, por eso creo que es básico el dar unas pautas muy concretas de ritmos y no pasar de ciertas intensidades en los tres segmentos.
Muy similar a la última pregunta, es decir, intento analizar el perfil de la carrera, el tiempo, orografía, evolución de la temperatura, humedad a lo largo de la carrera… para decidir la táctica y ritmos a llevar. Un ejemplo sería: en el triatleta con más
nivel a pie quizás arriesgamos un poco más desde el inicio de la carrera, siendo a la inversa con un triatleta con algo menos de nivel en la carrera a pie. Otro aspecto que me parece importante es dar diferentes hipótesis de carrera o escenarios ya que la fisiología no es una ciencia exacta y por tanto no se puede cuadrar todo a números redondos, el deportista tiene que aprender a escuchar su cuerpo y decidir dentro de carrera, creo que es uno de los aspectos que más cuesta aprender y aplicar.
Es un tema que se lo dejaría a los expertos en biomecánica, al no ser mi especialidad no quiero opinar en un tema en el que hay grandes expertos como Jaime Menéndez de Luarca, Pedro de Arriba, Yago Alcalde, etc.), pero creo que es básico tener un buen compromiso entre aerodinámica y comodidad. Aparte creo que si vas muy forzado en una posición aerodinámica hay ciertos aspectos como la asimilación de la alimentación o bien el coste energético que se pueden ver mermados. Como todo, dejarte asesorar por un experto en el tema y sobre todo entrenarlo y probarlo.
Un poco en la línea de la pregunta anterior, creo que es básico que un buen biomecánico te asesoré en la elección de la bicicleta y te posicione en la mejor posición posible teniendo en cuenta todos los factores que considere oportunos.
Es un tema que se puede hablar durante mucho tiempo, pero básicamente te diría que lo ideal sería ingerir una alimentación con carbohidratos múltiples, con una buena palatabilidad, que sentase bien a nivel digestivo, y sobre todo que esa alimentación que se escogiese se entrenase a lo largo de las semanas previas a la competición y a poder ser con una competición de LD previa, ya que existen diferencias entre los entrenamientos y las competiciones (debido mayormente al estrés = aumento SNS). A partir de aquí intentar aumentar las ingestas e intentar llegar a cantidades próximas a 90-100g/hr o incluso a 120g /hr si hay buenas asimilaciones. Por otro lado, otro aspecto que a veces se deja de lado sería medirnos los niveles de deshidratación e ingesta que se deberían llevar en carrera, así como tener presente el WBGT (Wet bulb global temperatura – índice de estrés térmico) ya que determinará tanto la hidratación como la alimentación así como las posibles variaciones del ritmo en carrera.
