Todos los deportes de resistencia tienen factores determinantes del rendimiento, y existe un consenso en que esencialmente son los tres grandes; el VO2 máx., la utilización fracción del mismo o umbral, y la economía de esfuerzo. En artículos recientes hemos estudiado hitos fisiológicos y variables que pueden ser medidas en el laboratorio y el campo, relacionadas a estos determinantes de rendimiento, y hemos analizado también los predictores del rendimiento, y trabajos científicos que los han estudiado.
Uno de estos predictores, y probablemente una de las métricas mas ampliamente estudiadas, y conocidas en fisiología es el VO2 máx., la máxima tasa o velocidad de utilización de oxigeno que puede lograr el organismo. No obstante, hay consenso, en que el determinante del rendimiento no es el VO2 máx. per se si no la carga externa (potencia, velocidad o ritmo) a la que se alcanza el mismo. Algo que han demostrado hace años científicos del deporte como Hawley y Noakes (1992), o mucho mas recientemente, nosotros mismos (Mirizio et al, 2021) encontramos una correlación alta y significativa entre la potencia máxima alcanzada en un test incremental y el tiempo en una competencia real de mountain bike.
En artículos previos hemos analizado también en detalle el tema de los dominios de intensidad, fases, y zonas de entrenamiento. Y la evidencia es amplia en relación con las respuestas del organismo en el dominio severo, o Fase 3 (HIT), cuando se trabaja por encima del segundo umbral, o la potencia critica. En ese punto, donde la demanda de ATP es elevada, se reclutan además de las fibras Tipo I, y IIA, también las fibras IIB, y el turnover citosólico de ATP (la glucolisis) es muy grande, resultando en una aumento significativo del lactato sanguíneo. El componente lento del VO2 también es importante, y aunque la carga externa a la que se trabaje sea solo ligeramente superior a la potencia critica o CP, se puede alcanzar el VO2 máx., precisamente por el componente lento que se produce en este dominio. Y esto nos lleva a la pregunta principal del presente articulo.
Existe una potencia en el VO2 máx. (pVO2 máx.) o potencia aeróbica máxima (PAM)?. El objetivo principal de este artículo es tratar de responder esta pregunta en base a los estudios de la literatura científica, y a los datos que venimos recolectando en laboratorio y campo en los últimos 15 años.
El máximo consumo de oxígeno (VO2 máx.) constituye la máxima tasa o velocidad a la que puede transportarse el oxígeno desde la atmósfera hasta la oxidación que se produce en las mitocondrias de las células musculares. Su unidad de medida son los litros de O2 por minuto (L/min) en términos absolutos y los mL de O2 por minuto y kg de masa corporal (mL/min/kg) cuando se lo expresa relativo a la masa corporal. El VO2 máx. a su vez también está determinado por factores centrales (ej. gasto cardíaco) y periféricos (ej. diferencia arterio-venosa de O2) (Figura 1).
Es uno de los determinantes más ampliamente estudiados en fisiología del ejercicio, y esto puede haber llevado a que su importancia como predictor del rendimiento sea sobreestimada. En relación a esto, es digno de mención que estudios de pioneros de la fisiología del ejercicio del siglo pasado como: David L. Costill en el Human Performance Lab de la Universidad de Ball State, ya demostraban como atletas con un VO2 máx. similar podían tener rendimientos muy diferentes en un
maratón (Costill y Winrow, 1970).
El tiempo que puede ser sostenido el VO2 máx, es de unos pocos minutos (3-8 min), y si bien algunas pruebas de resistencia tienen esta duración, por lo general la mayor parte de las competencias de triatlón, ciclismo y carrera tienen una duración significativamente mayor (1-10 horas). Por lo tanto, la capacidad del deportista de aprovechar la mayor fracción o porcentaje posible del VO2 máx, implicará que sea capaz de trabajar a intensidades elevadas también durante tiempos prolongados.
En artículos previos hemos analizado detalladamente variables relacionadas a esta utilización fraccional como son el MLSS, FTP, CP, umbral del lactato, RCP, y el segundo umbral ventilatorio, sus diferencias, como determinarlas, y sus aplicaciones prácticas para el entrenamiento, por lo que remitimos al lector a la revisión de esos artículos. Es digno de mención que en un proceso de entrenamiento a largo plazo en el cual el atleta deje de mejorar su VO2 máx., su rendimiento puede seguir mejorando a medida que aumenta la utilización fraccional del mismo (Figura 2).
Contemplando que no es el VO2 máx, per se sino la carga externa a la que el atleta alcanza el mismo, lo que determina el rendimiento, recomendamos utilizar test cortos, ya sea en laboratorio o en campo para determinar la vVO2 máx o pVO2 máx.
Si bien existen muchos protocolos, en el laboratorio recomendamos utilizar test incrementales con escalones de cortos comprendidos entre 1 y 3 min, ya que sabemos que la potencia o velocidad máxima alcanzadas son protocolo dependientes. Dependiendo del nivel de los ciclistas, triatletas o corredores, se puede realizar una entrada en calor o calentamiento de 5-10 min, y modificar la potencia o velocidad inicial buscando que el test dure de 9 a 12 minutos. Recomendamos escalones de 25 W/min en el ciclismo y de 1 km/min para la carrera.
Recientemente hemos estado trabajando precisamente en un modelo de zonas de entrenamiento (8 zonas) para la natación, el ciclismo y la carrera basadas en test cortos (400 m en natación, 5 min en ciclismo y milla en la carrera). El objetivo principal es poder establecer zonas de entrenamiento en base a test simples que pueden ser realizados en el campo y por deportistas de todos los niveles.
En el caso de la carrera, el resultado es similar, no son ni el VO2 máx, ni la economía de manera aislada los mejores predictores del rendimiento, sino la velocidad máxima alcanzada en un test incremental.